David y Victoria Beckham se conocieron en 1997 y sólo dos años después, en 1999, se dieron el ‘sí, quiero’. Él era el jugador de fútbol del momento y ella una componente del famosísimo grupo Spice Girls, así que muchos tildaron el enlace como ‘la boda del año’ y hubo quienes compararon su paso por el altar con los de los miembros de la realeza. Para el evento escogieron un castillo irlandés hasta el que se desplazaron más de 230 invitados entre los que, por supuesto, se encontraban rostros de lo más conocido en la época. Ambos vestidos de blanco y sentados en unos tronos dorados, consiguieron que esta boda sirviese de interés mediático en medio mundo, aunque Victoria, a día de hoy. no lo ve así, de hecho, acaba de confesar que su enlace con David no fue tan elegante como parecía.
En una entrevista concedida a ‘The Business of Fashion’ Victoria habló de su gran día junto a David: “Creo que los medios de comunicación dieron a la boda mucho más glamour del que realmente tuvo. En realidad, fue mucho más íntima de lo que parecía”, explicó.
Victoria continuó con el tema de la boda durante la entrevista y volvió a recalcar que fue más la atención que se le dio que lo que realmente hubo en realidad: “Me encanta divertirme. Trabajo muy muy duro. Me tomo muy en serio lo que hago. Quiero ser una gran esposa, una gran madre, pero también quiero divertirme. A veces mi sentido del humor irónico tiende a meterme en problemas, pero la boda no fue tan grande como todo el mundo la pintó”.
Aunque, eso sí, a pesar de no querer nada demasiado ostentoso, la Spice Girl, que llevó un espectacular vestido firmado por Vera Wang, se encargó de que el lugar de la ceremonia fuera privado y único, frondoso y verde. Además, contrataron a Bentley's Entertainments, los mismos organizadores del cumpleaños de Elton John y de los 40 de la princesa Ana, para que organizaran el evento.
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